Conciliación de la vida laboral y familiar
Alicante, 27 de enero de 2016 – Recientemente con la presencia del bebé de la diputada de Podemos, Carolina Bescansa, en el Congreso, se ha reabierto el debate de la conciliación laboral y familiar en España.
Me gustaría brevemente aportar mi humilde punto de vista basado en la experiencia de estos últimos años después de haber trabajado en empresas de diferente ámbito (privadas, familiares, semipúblicas…) y haber tenido sensaciones muy diferentes en los trabajos en que he estado, así como también en entrevistas que he realizado en la búsqueda de empleo.
Esta experiencia se puede resumir en dos sensaciones o evidencias personales contrapuestas: una positiva, en una empresa donde gerencia estaba comprometida con la conciliación laboral y familiar, había una flexibilidad horaria que te permitía, por ejemplo, entrar más tarde si tenías que llevar a los niños a la guardería o al colegio, o ausentarte si estabas a cargo de una persona mayor y tenías que llevarlo al médico. Siempre recuperando el tiempo si no lo podías justificar. Tú tenías la tranquilidad que si tenías que ausentarte del trabajo por circunstancias personales o familiares nadie te iba a «mirar mal» o llamarte la atención. Por supuesto, esto siempre con responsabilidad, sentido común por parte del trabajador, organizando bien tu trabajo.
La empresa estaba concienciada por este asunto y aplicaba medidas e intentaba facilitar a los trabajadores todo lo relacionado con la conciliación, como digo, siempre con responsabilidad y profesionalidad por parte de los trabajadores.
Después de esta experiencia laboral lo único que me he encontrado ha sido empresas o jefes que ni estaban comprometidos, ni concienciados con la conciliación laboral y familiar, o simplemente les daba igual. Curiosamente eran empresas denominadas «familiares».
Mi experiencia personal no ha sido tan positiva, más bien decepcionante, preocupante y desmotivadora.
El otro día, tuve una entrevista de trabajo, el puesto tenía buena pinta, al final le pregunté al consultor de selección qué horario tenía la empresa – para mí es importante pues tengo familia- y él me comentó «todo el día», quería decir de 9 a 14 y por la tarde hasta las 20 horas, parando dos o más horas para comer, sin posibilidad de flexibilidad horaria.
Una vez más no lo entendía, «un jarro de agua fría», conversando con el consultor estaba de acuerdo que la cultura generalizada en la empresa española en cuanto a horarios y conciliación laboral y familiar no es la más idónea y que habría que educar a aquellos empresarios que creen que por estar todo el día en la empresa o por hacer más horas se es más productivo y va a repercutir en más beneficios a la empresa.
Pues no, creo que una persona que su empresa se preocupa por sus necesidades personales y familiares en primer lugar será más feliz y se involucrará y motivará más con el proyecto, incrementando su rendimiento personal y por tanto beneficiando a la propia empresa.
Conciliación es mantener el equilibrio en las diferentes dimensiones de la vida con el fin de mejorar el bienestar, la salud y la capacidad de trabajo personal.
A continuación damos sólo algunos datos obtenidos de diferentes estudios y artículos publicados, donde nos dice mucho de la situación en España en relación a la conciliación laboral y familiar:
- En España más del 80% de las empresas definen de forma cerrada el horario de sus trabajadores.
- Los trabajadores en España, según estudios realizados, aumentan un 20% más su productividad si trabajan en empresas con horarios racionales y flexibles.
- España es de los países de la UE que menos dinero destina a las familias.
- En España un porcentaje muy bajo hace uso de las guarderías. En comparación a otros países europeos, las guarderías son muy caras.
- España también está muy por debajo de la media de la Unión Europea en el permiso de maternidad, pues en nuestro país se dan 16 semanas, mientras que la media de la UE se sitúa en 27,7.
Roberto Martínez director de la Fundación Masfamilia explica que “Muchas pymes han hecho suyo el discurso del ‘ahora no toca’ y del ‘hay que echar más horas’”.
Más de un 30%, según diferentes estudios, de la población activa dice tener problemas para conciliar su vida laboral y familiar.
Esta falta de conciliación afecta sobre todo a los trabajadores de cuenta ajena con niños menores de quince años, de la empresa privada y con jornada laboral partida.
La falta de conciliación tiene un enorme impacto sobre la natalidad: el 44% de las mujeres entre 20 y 44 años aún no ha tenido hijos/as y el 58% de las mujeres que residen en
España asegura que tener hijos/as representa un obstáculo para la vida profesional.
Podríamos continuar dando más datos en relación a este asunto, la mayoría no muy positivos, indicadores de que nuestro país no es precisamente modelo o ejemplo en este campo.
También es cierto que se ha evolucionado y, poco a poco, las empresas a nivel global están introduciendo medidas de conciliación en sus organizaciones aunque las situaciones de crisis económica ralentizan las mismas, priorizando otras.
En mi opinión, en cualquier caso, se podría mejorar esta situación con voluntad de los agentes que en este tema pueden hacerlo.
Pero ¿qué medidas se podrían adoptar para mejorar la situación?
Simplificando podemos decir que algunas de estas medidas podrían ser:
- Flexibilidad horaria en el trabajo y adecuación de horarios.
- Trabajo jornada continua.
- Ayudas públicas para fomentar y facilitar la conciliación (subvenciones guarderías…) y/o apoyo económico para sufragar gastos de centros de personas dependientes…
- Teletrabajo, trabajo a distancia sin estar de forma permanente en el puesto de trabajo y haciendo uso de las nuevas tecnologías.
¿Qué beneficios tendrían estas medidas?
- Aumento de la productividad.
- Reducción del absentismo laboral.
- Mejora del ambiente del trabajo.
- Aumento de la implicación de la plantilla.
- Reducción de la rotación de los trabajos y los costes de reincorporación.
- Obtención de bonificaciones derivadas de su aplicación.
- Mejora de la imagen de las empresas ante su plantilla, los proveedores, la clientela y la sociedad en general. La imagen de la empresa repercutirá positivamente en los resultados comerciales de la misma.
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