La importancia de las personas
Alicante, 14 de noviembre de 2007 – De hacer un artículo se trataba y me dije: por qué no hablar de lo que realmente mueve el mundo laboral, aquellos componentes fundamentales que trabajan en este entorno, las personas.
Las empresas se deshumanizan conforme crecen económicamente y dan valor a un número determinado de resultados, ¿pero qué podemos hacer nosotros para que perdure el valor humano?
Es cierto que en estos tiempos es muy necesaria la tecnología en cualquier campo y dependiendo de los avances de ésta va a influir en mayor o menor medida en los resultados de nuestra empresa. Pero, qué decir de las personas que manejan esos equipos, de su formación, profesionalidad, buen hacer y, cómo no, la interrelación con otros equipos de trabajo. Hablamos de equipos técnicos a la vez que humanos.
Es obvio que en toda empresa se quiere tener a un gran profesional en la materia que pueda ocupar un lugar de responsabilidad en nuestro negocio, pero de igual manera es importante el trabajo de este profesional con el resto de su equipo, de cómo transmite, comunica valores y objetivos de la empresa y de su capacidad de relacionarse con otros equipos en los que puede estar involucrado parte de su trabajo, así como en su capacidad resolutiva. Por este motivo, creo que es muy importante la labor de los gestores, responsables o jefes de equipo, pertenecientes a los mandos intermedios de gestión, y aquellos cuyo cometido, aparte del profesional en el aspecto técnico, reside en sacar el máximo rendimiento de su equipo y aprovechar al máximo aquellos valores humanos que le darán a su trabajo ese carácter muy particular. A veces, en esta tarea, se descubren aspectos realmente interesantes en el individuo, ya que, con independencia de nuestros conocimientos, existen valores humanos como la tolerancia, humildad, honestidad, sencillez, el respeto, que aparecen en todo momento en nuestra vida y los cuales afectarán directamente a la actitud que tengamos para afrontar una tarea. Igualmente, cualidades como la flexibilidad, creatividad, proactividad y la comunicación influirán en la búsqueda de soluciones acertadas.
Nos interesa que las personas que trabajan en nuestros equipos estén constantemente motivadas, ilusionadas y comprometidas con su trabajo desde un prisma emocional que en muchas ocasiones se gestiona de una manera más o menos directa. Esta satisfación de nuestros trabajadores y la forma de gestionar nuestros equipos se traducen en un ambiente de confianza y transparencia dentro de la empresa y de cara a nuestros clientes, y añadirá ese valor diferencial que nos caracterice en nuestra gestión, traduciéndose en un trabajo bien hecho y en una satisfación del cliente.
Debemos dejar a un lado aquellos paradigmas que no nos dejan crecer y cambiarlos por los que realmente nos aportan algo a nuestro desarrollo personal. Somos actores, productores y directores de nuestra vida, y en función del guión que nos marquemos, contaremos con un final de desenlace positivo o negativo. En estos aspectos, es fundamental la labor de una buena gestión por parte de un responsable con personal a su cargo. De igual manera que recordamos a un profesor de la infancia, recordando lo bueno o malo que nos ha ayudado a ser como somos, el individuo, al estar en continuo desarrollo, va a estar notablemente condicionado por todos aquellos aspectos e influencias que recoja en su día a día por parte de los que gestionan su trabajo. Es decir, el estado de ánimo del individuo y el cómo nosotros, como gestores, en algunos momentos emocionales, sepamos llegar a él influirá en el buen hacer y en paliar en cierta medida aquello que puede repercutir en el resultado final de un buen trabajo.
Vicente Valero
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